CCristo eligió tener padres pobres pero perfectos en virtud, para que nadie se enorgulleciera de su noble linaje y de las riquezas de sus padres. Vivió una vida de pobreza para enseñar a otros a despreciar las riquezas. Vivió una vida ordinaria sin tener una posición elevada para recordar a los demás de una codicia desmedida por los honores. Soportó el trabajo, el hambre, la sed y la flagelación del cuerpo, para que los que están concentrados en los placeres y deleites corporales no se aparten del bien de la virtud debido a los rigores de una vida así.
Al final, Cristo soportó la muerte, para que otros no abandonaran la verdad por temor a la muerte. Y para que nadie tema sufrir una muerte vergonzosa por la verdad, él mismo eligió la forma de muerte más vergonzosa, a saber, la muerte de cruz. Por tanto, convino que el Hijo de Dios tomara carne humana y sufriera la muerte, para que con su ejemplo pudiera animarnos a perseguir la virtud. Pedro dio testimonio de la verdad de esto, diciendo: Cristo sufrió por nosotros, dejándote un ejemplo que debes seguir en sus pasos..
Si Cristo hubiera vivido en el mundo con riqueza y poder y en una posición elevada, se podría haber pensado que el propósito de sus enseñanzas y milagros era ganarse el favor y el poder humanos. Por tanto, para dejar en claro que estaba realizando una obra de poder divino, Cristo eligió a todos los humildes y débiles del mundo: una madre humilde, una vida sin riquezas y discípulos y mensajeros incultos. El mismo Cristo iba a ser rechazado y condenado a muerte por los grandes del mundo, para dejar perfectamente claro que la realización de sus milagros y su enseñanza no era de poder humano sino divino.
De las obras teológicas de Santo Tomás de Aquino.(De rationibus fidei, Ed. Leonina, t. 40, Romae 1969, págs.56ss.).
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