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Un santo de California

Postal alrededor de 1915, realizada por los franciscanos.

Decir que San Junípero Serra ha sido una figura controvertida no es nuevo. Incluso en su propio tiempo, como fundador de las Misiones de California, a menudo fue calumniado y atacado, pero al final, justificado por una conciencia limpia. Pero nos muestra que incluso bajo el ataque o la coacción de la sociedad, siempre debemos, hacerlo ¡adelante, hacia la edificación del Reino de Dios! Como dijo tan bien nuestro Santo Padre el Papa Francisco en su homilía de canonización para nuestro santo:

Jesús dijo: Salgan y compartan la buena noticia a todos. Sal y en mi nombre abraza la vida como es, y no como crees que debería ser. Salid a las carreteras y caminos, salid a contar la buena noticia sin miedo, sin prejuicios, sin superioridad, sin condescendencia, a todos los que han perdido la alegría de vivir. Salid a proclamar el abrazo misericordioso del Padre. Sal a los que están agobiados por el dolor y el fracaso, que sienten que sus vidas están vacías, y proclama la locura de un Padre amoroso que quiere ungirlos con el aceite de la esperanza, el aceite de la salvación. Sal a proclamar la buena noticia de que el error, las ilusiones engañosas y las falsedades no tienen la última palabra en la vida de una persona. Sal con el ungüento que alivia las heridas y cura los corazones.

La misión nunca es el fruto de un programa perfectamente planificado o de un manual bien organizado. La misión es siempre el fruto de una vida que sabe lo que hay que encontrar y curar, encontrar y perdonar. La misión nace de una experiencia constante de la unción misericordiosa de Dios ...

Hoy recordamos a uno de esos testigos que dieron testimonio de la alegría del Evangelio en estas tierras, el padre Junípero Serra. Fue la encarnación de “una Iglesia que avanza”, una Iglesia que se propone llevar por todas partes la ternura reconciliadora de Dios. Junípero Serra abandonó su tierra natal y su forma de vida. Estaba emocionado por abrir caminos, salir al encuentro de muchas personas, aprender y valorar sus costumbres y formas de vida particulares. Aprendió a dar a luz y nutrir la vida de Dios en los rostros de todos los que conoció; los hizo sus hermanos y hermanas. Junípero buscó defender la dignidad de la comunidad nativa, protegerla de quienes la habían maltratado y abusado. Los malos tratos y las injusticias que todavía hoy nos preocupan, sobre todo por el daño que causan en la vida de muchas personas.

El padre Serra tenía un lema que inspiró su vida y obra, un dicho por el que vivió su vida: ¡Siempre adelante! ¡Seguir avanzando! Para él, esta era la manera de seguir viviendo la alegría del Evangelio, de evitar que su corazón se adormeciera, de que se anestesiara. Siguió avanzando, porque el Señor estaba esperando. Siguió adelante, porque sus hermanos y hermanas estaban esperando. Siguió avanzando hasta el final de su vida. Hoy, como él, podemos decir: ¡Adelante! ¡Sigamos avanzando!

¡HACIA ADELANTE! ¡SIEMPRE HACIA ADELANTE!